La unión de Marco Vargas y Chloé Brûlé se caracteriza por una visión compartida de entender el baile flamenco como DANZA. Su interés principal es tratar de contar y compartir historias, expresando de forma narrativa a través del movimiento sus inquietudes, buscando enriquecerse constantemente y rodeándose de colaboradores.
Han formado parte de las programaciones más relevantes en diferentes disciplinas artísticas, como Bienal de Sevilla, Festival de Jerez, Mercat de Les Flors, Festival de Teatro Clásico de Mérida, Tanzmesse de Düsseldorf... y siendo exponentes claros en ferias, festivales y circuitos de toda la geografía española.
En su continúa búsqueda de innovación han sido compañía artística residente en Francia ("Le 104" en París y "Centre Nacional de Danse de La Rochelle"), han co-producido en dos ocasiones con el Tanzhaus de Düsseldorf y colaborado en otras como Alejandría, la mirada oblicua de 8co80 Producciones o La solitude dans un champs de coton de L'Échappée Lyrique sobre un texto de Bernard-Marie Koltés, siempre haciendo gala de un recorrido coherente y orgánico, destacando su labor en cada una de las producciones.