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La discapacidad ejerce un papel importante como uno de los elementos que condicionan la historia y los personajes. La discapacidad se encuentra en el común de los mortales y la descubrimos en la mirada del otro. La diferencia no es limitante, pero sí lo son la distancia a la que la sociedad se sitúa de los colectivos vulnerables. Esa distancia genera lejanía, poco entendimiento, ideas preconcebidas y rechazo. Y es ahí donde ubicamos la discapacidad.
Lejos de una concepción normativa purista, de certificados y partes médicos, trabajamos la discapacidad como esa etiqueta o sombra que se agarra del hombro de los débiles y los vulnerables. Y será nuestro trabajo conseguir ese espacio donde puedan enfrentarse con la violencia y romper este paradigma frágil y estereotipado. Nuestra investigación en este caso parte de esa relación entre la poesía y la imagen más pulida y abstracta. La relación entre los fuertes y los débiles, la opresión y la ruptura y la más absoluta justificación del recurso de la mirada incapacitante para ahondar en las profundidades de los personajes. La discapacidad como palanca de resorte les condiciona en su conducta, acción y reacción y frente a la mirada del espectador.
Parálisis cerebral, mujer también extranjera y vejez. Tres colectivos vulnerables. Capaces o incapaces, ser o no ser, las preguntas se plantean para conseguir algo mucho más interesante que una respuesta: la reflexión. ¿Por qué tanta violencia alrededor de nosotros? ¿Necesitamos a los débiles para que se justifique la tragedia? ¿Está la violencia en la profundidad de las raíces del ser humano?