El Teatre Principal, obra del arquitecto Francesc-Daniel Molina, fue inaugurado en 1866. La decoración interior -de remarcable barroquismo- fue realizada por los escenógrafos y pintores barceloneses Marià Carreras Vila (autor de decorados para el Liceu y el Teatro Odeón de Barcelona) y por Joan Ballester i Ayguals d'Izco. El escenario fue obra de Joaquim Mansió, autor también del diseño del que había habido en el teatro del Liceu antes de la última reconstrucción.
La simbiosis entre Teatre Principal y Casino del Cercle Sabadellès tuvo una larga época de esplendor. Años después, la vinculación del teatro con el casino se fue desvaneciendo debido a cambios de mano de los títulos de propiedad. El Principal, no obstante, acogió un gran número de actividades de parte de entidades culturales y cívicas de la ciudad.
Después de muchos años de haber sido utilizado como cine, el Teatre Principal recuperará la función para la cual fue creado. Una vez conseguida la titularidad municipal del teatro, se está procediendo a su rehabilitación.