El escritor Armando Palacio Valdés, pasó su niñez en Avilés, y mantuvo una relación durante toda su vida con esta ciudad donde nuestras calles y plazas fueron motivo de inspiración de alguna de sus obras. Por ello no es extraño el agradecimiento de nuestra villa hacia su persona, que se manifiesta en diversos motivos que recuerdan la figura del prolífico novelista.
La construcción del teatro comenzó en 1900 (tenía entonces Avilés doce mil habitantes) y se terminó en 1920, ya que la obra atravesó por diversos avatares de financiación. El proyecto fue del Arquitecto Manuel del Busto, muy prolífico en la edificación de singulares edificios en la ciudad.
Se trata de un coliseo “a la italiana”, de planta rectangular, de estilo neobarroco donde se exhiben motivos escultóricos, alegóricos al teatro: opera, zarzuela, comedia y drama.
El interior se divide en tres partes: el escenario y zonas anejas del utillaje y camerinos, sala de planta de herradura y alzado de varios pisos de palcos; finalmente los accesos, es decir zonas sociales y de descanso y cuyo elemento más destacado es el foyer, un original espacio rectangular cuyos balcones dan a la fachada principal.
En 1972 por razones económicas cerró sus puertas cayendo en un estado de lamentable abandono, hasta que y después de una fuerte campaña popular de reivindicación, consiguiera su restauración. El “Palacio Valdés” volvía a ejercer como teatro en noviembre de 1992.