Burruk significa beso en idioma inventado. Integran este trabajo escénico nueve cortos cinematográficos creados por nueve niños y niñas de la Escuela de Expresión Artística del teatro Tyl Tyl. A este lenguaje se suma la presencia escénica de dos personajes extraños que llegan a pasar la noche. Vienen de un lugar exótico y hablan una lengua desconocida. Son madre e hijo.
Entre la noche y la mañana se mostrarán. Quiénes son y lo que cargan entre su equipaje.
La música marca una atmósfera sobre la cual se genera una estética de teatro mudo y cine sonoro y el juego con la imagen y las situaciones dramáticas ofrece y garantiza la diversión.
Está dirigido a niños a partir de cinco años y público familiar en general.