Argumento
La historia arranca al día siguiente de finalizar una guerra. Son los restos del tiempo, de un naufragio, lo que queda, restos que, hoy, se recomponen para gozo público. No hay guerra justa ni ciudad que merezca una guerra. Estamos en la Tebas del siglo IV antes de Cristo o en la Roma agotada por la caída del Imperio o en el Madrid de 1939 o en Palestina, Líbano, Afganistán, África… Y es que la guerra hace añicos el espacio, pero también el tiempo.
Antigona Siglo XXI. Función completa