Argumento
Todo lo que tocamos está programado para tener un final en un día concreto. Todo tiene una fecha de caducidad y a partir de entonces estará obsoleto; no funcionará, no resolverá y se irá acumulando en la montaña de escombros del olvido. La horología de las cosas, los materiales, artilugios y aparatos generan el consumo compulsivo como una nueva droga de diseño, crea una sociedad esclava al despilfarro, fomenta la compra compulsiva, la tiranía de los productos, la caducidad planificada.