Argumento
Como bailarina ya no existo más que para mí misma.
Se es bailarín bailando y bailar es un estado efímero que depende de un instrumento inestable, el cuerpo, pronto a deshacerse, aún cuando a nivel interpretativo la madurez llega con el tiempo.
Una contradicción difícil de admitir y de vivir.
Así como se nombra años-luz al tiempo que nos separa de las estrellas, se podría llamar años-cuerpo al tiempo de vida útil del bailarín.