Presentación
La revoltosa se desarrolla básicamente en un ambiente madrileño castizo, un patio de vecinos de un bloque de casas de alquiler. Está próxima una de las muchas verbenas, que se celebran en medio del jolgorio popular y ello queda traslucido por la adecuada ornamentación del lugar.
El libreto plasma el costumbrismo español, pero haciéndolo más localista, más madrileño, y la música se acopla de manera perfecta, no sólo en sus cúspides: como el preludio, las guajiras y el dúo, sino en el resto, en donde la música es cómplice y “lleva” a los actores/cantantes, en un ejemplo de lo que debe ser una zarzuela, no sólo una ópera con diálogos, ni tampoco sólo una comedia con romanzas sino una obra en que fluyan con “naturalidad” las partes habladas o cantadas y no como compartimentos estancos.