En este espectáculo, abordamos el transcurso de un día en la vida cotidiana de un niño. Poema dramático para dos intérpretes, se adentra en la percepción del niño y de cómo éste aprehende la realidad a través de su cuerpo.
Partiendo de esta premisa, buscamos encontrar su particular visión y su forma no lineal de pensamiento. Desde un aspecto poético, adentrarnos en su realidad, que construye a través de su cuerpo y su particular forma de percibir.
Con una duración de 42 minutos, el director del montaje ha optado por un lenguaje escénico basado en el movimiento, en la danza y en la sencillez de las palabras que interpretan el mundo simbólico y onírico de los niños pequeños, cómo se enfrentan a lo cotidiano, a los pequeños temores con los que se encuentra a diario.