No hay burlas con el amor

Cuando se está enamorado y se es correspondido, nada más fácil que hablar con el padre de la dama para pedir su mano. Pero, ¿y si el padre no está dispuesto a otorgar su mano hasta que no case a su hija mayor? Entonces, sólo hay que buscar un posible marido para ella. Pero, ¿dónde encontrar alguien tan paciente que quiera casarse con una mujer que se expresa como un poeta culterano y con quien no se puede hablar sin que te corrija cada palabra que dices? Don Juan encuentra la solución: solicitar la ayuda de su amigo don Alonso de Luna, galán tan capaz de conquistar a una marquesa como a una criada, e incapaz de enamorarse ni de una ni de otra, para que seduzca a la hermana de su amada. Sin embargo, aquí comenzará el verdadero rompecabezas de esta divertida comedia de capa y espada