Una esperpéntica pareja de espectadores acude, por equivocación, a un teatro donde se representa La vida es sueño. Como ellos lo que querían es ver una película y esta función no les gusta, insisten una y otra vez en que es mejor representar una pieza más divertida, proponen al actor principal y a toda la sala improvisar una de piratas, en la que no falten palmeras, luchas, loros y, por supuesto, un cofre del tesoro.