Se trata de una comedia adulta que refleja los desafíos del matrimonio y lanza una pregunta: ¿Somos culpables de nuestros desaciertos?
La puesta en escena gira en torno a lo imaginario y lo real, y permite un juego actoral ágil y fluido donde el público puede sumergirse en una expectación permanente.
Se trata de un gran texto con un humor muy sutil, que reflexiona sobre la pareja y sus avatares.
Es el debut teatral como dramaturgo de Óscar Martínez, el gran actor argentino y que supuso un gran éxito de público y crítica en Buenos Aires, obteniendo también numerosos premios.