Duelo de sentimientos, rivalidad, rencores y sexo entre dos fieras, solas en escena…
En la lucha por el poder, el erotismo conduce a la suplantación, al juego, al teatro.
El extremo más perverso de este juego será el asesinato: si la carne es la cárcel del alma, condenada a obedecer sus más bajos instintos, la muerte funcionará como liberación.