Argumento
Él y ella estaban ahí; vivían ahí, bien…en la medida de la palabra. Él, impredecible, ella, vulnerable, en la medida de la palabra. Los dos, mitad “ático”, mitad felpudo, es decir, dejándose y sometiéndose, es decir,…siempre alternando emociones. Yo no soy nadie para explicar su relación. Como todo y todos, era una relación “normal”… en la medida de la palabra, de días consecutivos. Él disfrutaba de la lectura y sus momentos, ella de descubrir volcanes y sus otros momentos. Los dos…soñaban…en la medida de la palabra. Cargas con aquello de lo que quieres huir…“Quizás debas cambiar de alma; no de muebles, ni de clima”. Todo esto es lo que Séneca define como “El Paraíso de los necios”, y este es el nuestro. El Paraíso…en la medida de la palabra. Fernando Hurtado