Un tiempo. Un lugar. Una mujer. Un desván. Un hombre. Un diálogo. Hablan del amor, de la soledad, de la belleza. Y del darse al recuerdo, al peso del recuerdo. La obra es un canto al mirarse hacia dentro para comprender que entre la nada y el amor hay un único paso, la dignidad por el ser amado y por uno mismo.
Y entre estas y otras tribulaciones navega Rosa Fernández entre un mar de flores para hablarnos de la mujer, y de sus logros.