Un año después de la construcción del cerco, Atta se esconde en la bodega de su casa celtíbera, con un hijo de tan sólo cinco meses. Atta teme que los romanos le despojen de lo único que le queda: la dignidad de no ser esclavizada por el poderoso. Una mujer valiente y osada, que no pudo traspasar las normas morales y sociales en una época dura. Quizá una guerrera en su interior, pero capaz de imponerse a su propio destino. Un relato duro que da sentido a las miles de vidas que siguen secuestradas en una Numancia cada vez más asediada y olvidada. Numancia resiste. Los numantinos siguen resistiendo en esta y tantas Numancias; asombrados, violados, y perplejos ante semejante dominación, que les impide conservar el esplendor de una tierra en otro tiempo bella, rica y anhelada.