Argumento
Martín Palillo unta con pez su bota de vino pero no tiene vino, ni tampoco pez. ¿Quieres que te lo cuente otra vez? Todas las noches, al regresar del mar, mira las redes y su canasto. Nada. Otro día de vacío, sin peces. Tan solo una bota de mar con que engañar el hambre.
Martín desea pescar un día algo de suerte, que la fortuna le sonría, que cambie su destino y vuelva al mar con la ilusión de entonces, porque ahora Martín no pesca pesca, ni nada nada, ni trajo traje, y su vida es una pescadilla que se muerde la cola. En su barco se siente como pez en el agua pero en casa se siente como pez en la tierra.
Un día un pequeño pájaro –tal vez el destino– le susurra que alguien le espera en un lugar del océano.