El beso vibra como un suspiro suspendido en el aire o un movimiento detenido en el tiempo. El cuerpo se expande, una onda eléctrica invade a los que se besan y se va extendiendo hasta que el ‘MUA’ llega a los oídos de los espectadores.
Es cuando se dan cuenta que ha habido un beso, justo después de haber sido tocados por su onda expansiva.