Maruja es una mujer normal: casada y con hijos, suegra, padre y perro. Una mujer que hace tiempo se olvidó de sí misma en beneficio de todos los demás, que se sacrificó por su familia para ser feliz, como le enseñaron sus padres, sus maestros y el cura de la parroquia. Pero no, Maruja no es feliz. Porque Maruja es una esclava de su marido, una esclava de sus hijos, una esclava de su suegra, una esclava de su padre y de todos sus ancestros; una esclava hasta del perro. Y lo peor es que, por encima de todo, Maruja es una esclava de sí misma. Y así hubiese podido seguir hasta el día de su muerte. Sin embargo, una mañana, Maruja se dio cuenta de la mentira en que vivía y tomó las riendas de su vida. Cruzó su Rubicón, se convirtió en una asesina de mosquitos, ratas, torturado