Barcelona, 1938. Guerra Civil Española.
Carmen es mujer, bailaora de flamenco y
republicana. Como tantos otros artistas, cumple con
su compromiso social con la república: sigue dando
espectáculos de flamenco. El intento por mantener la
normalidad como acto de apoyo a la causa, como
símbolo de apego a su identidad, como símbolo de
resistencia. Con el fin de la guerra llega el exilio a
Argentina. La lucha por sobrevivir y adaptarse a una
cultura nueva la obligan a renunciar a parte de sus
recuerdos, a cambio de integrarse y construir una
nueva vida.