Marita y Mario son dos marionetas que tienen un cuarto lleno de vida. En el cuarto tienen realmente lo que tiene cualquier otro niño en su cuarto. Lo que pasa es que esas cosas tienen vida, mucha vida. Detrás de cada vida hay una historia y esas historias se cuentan con cuentos, canciones, objetos, marionetas y los propios niños del público. Marita cuenta los cuentos muy bien. Mario no tanto. Eso sí, le encanta interrumpir continuamente los cuentos de los demás. Los cuentos (escenificados, contados y cantados) son fundamentalmente propios aunque, sí, hay un par de cuentos clásicos. Algunos cuentos son para escucharlos, otros para cantarlos, otros para participar en ellos y un par de ellos estimulan la psicomotricidad de los niños. Y, algo muy importante, tienen mucha música.