A los 45 años a Rosa la diagnostican de un tumor en el pecho. Cáncer de mama. Ella no se siente una guerrera ni una heroína, ni siquiera quisiera que dijeran que es una valiente. Rosa se enfrentará a la enfermedad porque no tiene más remedio, porque ama su vida, su familia, su trabajo, su entorno. Porque ella no se quiere ir. No todavía.