Oro y Plata de Ramón es un cabaret barroco, un juguete musical hecho del romancero y la verbena, pasando por el music-hall, en el que quince siglos de canciones y baile pasan por el despacho del último juglar, genio de la vanguardia madrileña: Ramón Gómez de la Serna. En 1936, en su torreón, mientras se despide de sus recuerdos y comprueba que se entrelazan con los de Lope, Quevedo o el Greco, cae en la cuenta de que la clave está en el arte de los gitanos y los negros porque “lo barroco se vuelve a encontrar en el jazz”.