Dos mujeres, Arena y Agua, provenientes de dos culturas diferentes y dos mundos alejados entre sí, emprenden un viaje con la perspectiva de sanar su herida afectiva. Ambas coinciden en el mismo vagón de tren donde se conocen y se hacen amigas. Las acerca la circunstancia de partida y las aleja la forma de ser de cada una y por tanto la manera de enfrentarse a los problemas.