En R-A-U-X-A, el cuerpo entra en resonancia y se convierte en pulsación. Se inspira en una antigua y colectiva memoria de gestos que contienen un ritmo que martillea. El cuerpo, el sonido "en vivo", la luz y el espacio, dialogan y construyen un paisaje sensorial, invitando al público a una experiencia sonora y polirítmica.
El martilleo activa la posibilidad de entrar en nuevas dimensiones físicas y temporales, se convierte en un contenedor de simbolismo, de memoria antigua o futura, y de hibridación de diferentes prácticas físicas.