Presentación
Para entender la singularidad y la idiosincrasia de Salazar, sólo hay que ver la distancia que separa a sus dos componentes: los 1.000 km que hay entre Salamanca y Sant Feliu de Guíxols, que no son ningún obstáculo cuando la química no deja duda alguna al escuchar el fruto de tan insólita unión. La voz de Bego Salazar, telúrica y sembrada de quejíos, retuerce las entrañas de tierra añeja. El piano neo romántico y minimalista de Xavi Lloses, construye paisajes hipnóticos, altamente sofisticados, con un espectro inesperado entre el vanguardismo eléctrico y el arte sonoro. Un discurso contundente, Salazar es rabia que te empodera, que deslumbra claroscuros, que sacude tu alma y a la vez puede ser la amante más tierna.”