Cuerpos que bailan, cantan y desaparecen detrás de la emoción que suscitan. Cuerpos que nos mueven y nos conmueven. Cuerpos que se transforman en armonía, en esplendor, en caos, en vida y muerte. Son los cuerpos olvidados, aquellos que están en los espacios donde nadie mira, en los puntos ciegos del universo, en los márgenes donde hallan su verdad, su belleza más sublime.