Argumento
La búsqueda constante y obligatoria del devenir del tiempo y el arte nos da la mano invitándonos a recorrer los diferentes estados del alma en el que, inmersos, nos transportan a la frescura de otro tiempo. Les une el rizoma.
La conversación entre cante, baile y guitarra nos recuerdan que, cuando la técnica lo invade todo, el artificio tiene que estar al servicio del arte. El Rizoma permanece. El Flamenco, el que nos toma de la mano y nos invita a elevarnos y alejarnos del mundanal ruido.
Les une la misma necesidad de alcanzar un estado de libertad, transportándonos a la frescura de otros tiempos. Donde la comunicación entre relojes no existe. El concepto de pasado, presente y futuro no ha lugar.