Argumento
Todo empieza allá arriba, donde atisbamos lo que sucede y se registra lo ajeno de campo y mar.
Desde mi posición se aprecia la verdad; la torre es cálida, es naranja.
Los rayos de sol se funden en las fisuras y rompen bajo piedras rotundamente terrenales.
Aquella ardiente soledad, quema y destruye el privilegio del atisbo dejándonos en el abandono ante la eterna inmensidad.
Alleo (ajeno) se basa en la idea de la atalaya.
Parte del condicionamiento de la “privilegiada” posición de la torre y de quién desempeñaba el papel en la vigilancia.
Habitamos ambos cuerpos: el poder que otorgaba el conocimiento de lo desconocido y lo que estaba por venir así como la soledad de esa posición y el peso del descubrimiento de lo ajeno.