Primavera de 1925. En una suite del elegante hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la Torre Eiffel!
Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, el conde Von Lustig: ¡el mayor estafador del siglo!
Kikí, una meretriz ingeniosa, estafadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París siendo un pipiolo, nos da la bienvenida a la función y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto.
Y todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad.