Argumento
¿Hay lugar —un lugar— para la danza? ¿Cómo hallarlo en un mundo donde la virtualidad amenaza con fragmentar a cada instante esa ritualidad o ceremonia del cuerpo, el movimiento...?
QUO lo hace sirviéndose de las miradas que envuelven los trabajos de Gil Harush y Hilde Koch. Las tres piezas componen un mosaico que lleva a escena las viejas tradiciones pesqueras; la ansiedad que nos produce estar permanentemente conectados; o los cuatro elementos naturales que recrean un territorio ancestral, sobrio y hermoso. ¿Queda—nos preguntamos— un lugar para la danza en un mundo que se sumerge y nos arrastra hacia la virtualidad más absoluta, hacia la distancia y el individualismo?
Nuestra respuesta es un sí enérgico. Más que nunca, es tiempo de danza. Es lugar (nuestro lugar) para la danza. Es QUO.