Como en la pintura de Alfons Allais del mismo título, tres cuerpos desarrollan una conspiración monocroma de gestos. Première communion de jeunes filles chlorotiques par un temps de neige escenifica la paradoja de un tema, incluso de una narración compleja, que se sumerge en el misterio de la indiferencia plástica, la heterotopía de la uniformidad como nueva forma irónica de abstracción, y profundiza así en la problemática de la nada y del infinito, la idea de vacío, la terrible inocencia del color blanco.