Abril, el mes más recurrente en la obra de Juan Manuel Flores, es imperecedero. Abril es un mes determinante para Lucía, como lo es la época en que sucede todo esto para el resto del mundo.
Esta obra pretende mostrar no solo la poética, si no también la manera que tenía de estar en el mundo el poeta, una manera peculiar y generosa a la vez, donde lo material no tenía relevancia, y coincidiendo con una España que soportaba el final de la dictadura y comenzaba a degustar el principio de la libertad y de un cambio definitivo para siempre en la sociedad.
Este espectáculo cuenta la obra de un poeta sevillano caído en el olvido, la historia de un hombre capaz de vivir acorde a su pensamiento y una época crucial en el flamenco y el arte.