Como en su día dijo Tolstoi, “la vida no tiene sentido, somos nosotros quienes se lo damos”. Los hechos del pasado ya vividos no se pueden cambiar; además conforman nuestra individualidad.
Los actores que participan en el montaje penetran en el alma de los personajes de Tío Vania cargados de emoción y de un dolor que no siempre se muestra explícitamente, pero, sin embargo, esperamos que el público descubra un movimiento interno de acuerdo con el espíritu de la obra. Es nuestra intención insistir en un sentido del humor que penetra profundamente en las motivaciones de los personajes, sobre todo, al final de la obra, descubriremos que la infelicidad de las personas, si es compartida y se hace común, eliminando actitudes crueles e injustas, aparecerán circunstancias felices antes escondidas