Argumento
Existe una teoría que afirma que la gula y la lujuria hunden sus raíces en la biologÍa humana, en el propio instinto de supervivencia.
Entonces, ?cómo distinguir la frontera entre la necesidad y el exceso? ?¿Quién es capaz de poner límites morales al placer cuando este aparece como efecto colateral de una actividad necesaria?
Hoy en día la gula y la lujuria no s?lo se limita al ámbito biológico o relacional, sino que se han expandido al mundo cibernético y virtual. Las personas no sólo buscan su satisfacción personal, sino que quieren proyectarlo, reproduciendo y multiplicando sus experiencias a través de redes sociales para un público que consume de manera compulsiva la experiencia del “otro” desde la comodidad de su casa. Ante una sociedad tan expuesta, donde cada sujeto es su propi