AY, QUE EL ALMA

La sencillez de una canción encierra un microuniverso habitado por emociones que la dotan de entidad propia; si además se alinea con una disciplina que ocupa una dimensión diferente, la pintura, se contaminará de manera que será posible estar ante una música visual o ante una plasticidad sonora.
Las pinturas que abrazan la voz y la guitarra de Consuelo Hueso y Sergio Santes son las de Ana Karina Lema. La importante presencia de la figura femenina en el universo de esta artista es desencadenante de inquietud y de un entrecerrar de ojos. Esos rostros deben ser vestidos por el público oyente/contemplador dejándose llevar por la atmósfera melódica y rítmica de las canciones de Federico García Lorca, Matilde Salvador, Ernesto Cordero, Claudia Montero y Carlos Guastavino.