Una payasa tramoyista, deambula entre bambalinas, recovecos y pasadizos de un
teatro.
Desborda fantasías que se dibujan en el escenario.
Sueña que llegue ese gran día, en el que se pose en su mano la batuta, y así armonías de ilusiones y utopías melódicas, hagan que el publico la aplauda de pie.