Argumento
“El ventrílocuo” siempre llega solo, se presenta solo, actúa solo y, desde luego, habla solo. Sin embargo, cuando él está en escena, una multitud de seres nos acompaña y las cosas, hasta las más insignificantes, toman la palabra: un trozo de papel, un verdadero circo de pulgas o un buitre leonado que canta Gospel.
Jaime Figueroa, que lleva años estudiando el arte de hacer reír mediante la ventriloquía, se ha propuesto actualizar esta técnica ancestral para acercarla al gusto y a la sensibilidad contemporáneas, sin renunciar por ello al rigor y la maestría. Y todo ello aderezado con su peculiar sentido del humor. Un espectáculo para la vista, pero sobre todo para los oídos, lleno de canciones y con música en directo de piano y violín
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