Cuando ya no estemos es una pieza de danza y teatro físico sobre la indiferencia y los refugios, esos falsos santuarios, que construimos para sentimos a salvo y que se parecen cada vez más a una prisión.
La pieza habla del sentido de nuestras vidas, qué fuimos, qué somos, qué soñamos, qué queda. Es un intento de arreglar las cosas, de componer lo que se ha roto, de recuperar su alma, su poesía, es el último intento de reconocernos en el mundo o de estrellarnos en este como un pájaro que choca contra un ventanal al ver parte del cielo reflejado en el.