Argumento
Hay una casa soñada. La casa natal es la primera. Aquella en donde transcurrieron nuestros primeros años que se queda grabada para siempre y ala que se renuncia. Enella entre las luces y las sombras, al alba o al anochecer, con la ciudad al fondo muda y callada, aparecen los seres que habitan y corren entre nosotros, de los que nada sabemos, que se convierte en un pedúnculo de la persona, y crea la hibridación hombre de carne y materia inorgánica hasta negar así la función del objeto. Todos cobran una especial relevancia al realizarse las acciones en un espacio concreto, mundo de la vida diaria y mundo de recuerdo y ensoñación, es la casa de la vivencia, de los espacios abiertos y cerrados, de los escondites, de la buhardilla y sótano, pero fundamentalmente la casa de la existencia.