Malo ni bueno es un EP de cinco canciones largas, con textos que avanzan y no se detienen, arrastrando consigo toda la carga de ignorancia, incertidumbre, culpa y anhelo que el paso de los años nos dejan, como esos objetos inservibles que guardamos en un viejo cajón de la cocina.
Texturas nebulosas y cadencias eléctricas sostienen unos paisajes sonoros que apuntan hacía los márgenes, intentando salir de los cauces más estrechos de las aguas del rock, para, a veces, enseñar los dientes, y otras dejarse mecer por oscuras mareas de un lirismo roto, encharcado, ambiguo. Como mirar hacía atrás con las gafas sucias. Canciones perdidas, apropiadas para soltarlas como cometas una noche de tormenta.