Argumento
Entablar una relación es crear un mundo nuevo, buscar lo común en lo desigual, formar el vínculo. Dos personas se reflejan entre sí, se inicia un proceso de conocimiento entre dos mundos, donde la mirada del otro es una necesidad de amor.
En el “Yo, el tú y los seísmos” fondo y forma coinciden, estos mundos individuales parten de disciplinas diferenciadas, desde la manipulación del objeto externo a la expresión puramente corporal o interna. Teatro físico lleno de diálogo donde sucede un choque identitario entre dos energías que se encuentran y son transformadas. El cuerpo se transforma no en el del otro -mito romántico-; sino en el cuerpo observador que sale del área de confort. Una pieza que explora la fisicidad, la repetición, la torpeza y el deseo de ‘ser’ e imitar.