Personajes sesenteros y setenteros con un outfit de la época (colores estridentes, pelos afro, pantalones de campana, monos), a ritmo de música FUNKY, sobre zancos, a pie de suelo y sobre el mini-escenario del vehículo eléctrico coronado por dos bajos gigantes (instrumento fundamental de la música funk) y una bola de espejos “discotequera”.
Con sus elementos de animación y sus divertidos pesonajes, van recorriendo las calles contagiando su ritmo incitando al movimiento e interactuando con todo el público.
Para la consecución de este objetivo, K de Calle, Teatro incorpora elementos propios del lenguaje teatral y de calle, creando un espectáculo visual, divertido, sorprendente e impactante.