En Divinas Palabras Atalaya visita de nuevo la gran obra del teatro del siglo XX que muchos críticos literarios consideran la más excelsa obra dramática escrita en castellano a lo largo del siglo XX.
El tema central no es otro que la avaricia, la lujuria y la muerte, que Valle describiera como nadie y que muestra con tremenda crueldad -pero también en clave grotesca- la miseria humana encarnada en la familia de un sacristán de aldea que bien puede extrapolarse a nuestra realidad más cercana. Valle-Inclán utiliza un lenguaje poético y simbólico, sus personajes son representativos de la decadencia moral y social.
Atalaya imprime un tono muy contemporáneo apostando por un diseño escenográfico y de luces muy potente. La energía, las imágenes, los cánticos y la coralidad están muy presentes.
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