Medea, hija de Eetes y nieta de Helios, está atrapada en un ciclo eterno de culpa y dolor. Marcada por la opresión y el abandono, huye con su hermano Apsirto, pero su destino cambia cuando Jasón, manipulado por los dioses, lo asesina. Enamorada de Jasón por un hechizo de Afrodita, Medea usa su magia para ayudarlo, cargando con el peso de la traición y la culpa. Al ser abandonada en Corinto, en un acto extremo, mata a sus hijos para evitarles sufrimiento. Como castigo, Zeus la condena a revivir su tragedia eternamente. Finalmente, Medea desafía a los dioses, reclamando su poder y su autonomía.