La separación de los pueblos, la distancia de nuestras gentes, el sentimiento de cierre e individualismo frente al de la libertad: características de la historia del mundo que se combinan con las de la sociedad que empuja al aislamiento y al cuidado de la individualidad perjudicando el bien común. Dos jóvenes obligados a vivir parte de sus vidas y de sus relaciones separados por un muro hecho de mentiras, estereotipos, culpas, exclusión social y etiquetas, cuentan su historia en escena a través de textos y lenguaje físico. Con sus cuerpos y sus voces, narran esta metáfora de los grandes muros y fronteras físicas presentes en el planeta y que durante siglos se han erigido para separar, para ocultar horizontes, para crear fronteras cada vez más hondas y profundas.