“El día que murió el último panda” es una pieza inmersiva y sensorial que nos traslada a un futuro distópico. El espectador entra en un museo del porvenir donde, gracias a una audioguía con auriculares, recorre siglos de historia y evolución tecnológica. La obra plantea cuestiones sobre la selección genética, el transhumanismo, la inteligencia artificial o el ecofascismo. ¿Qué futuro espera a la humanidad? El público, en movimiento libre por el espacio escénico, construye su propia narrativa observando desde múltiples perspectivas. Una experiencia teatral activa, poética y profundamente inquietante.