Un ególatra director teatral decide apostar por una versión reducida y comercial de Los miserables de Víctor Hugo, con el objetivo de conseguir dinero, fama y estatus. Para ello, sin embargo, recoge lo que puede: un grupo de actores agotados del mundo del teatro alternativo, educados en la creencia de la meritocracia, y una producción deficiente en un teatro de segunda categoría.
No obstante, sus expectativas de triunfo mainstream se hunden cuando la temática de rebelión social que plantea la obra se convierte en realidad, provocando una revuelta con resultados desorbitados, no solo entre los actores, sino también dentro del propio sector teatral.