En EL INTRUSO nuestro personaje ha cometido la torpeza de sacar provecho personal a costa de algo prohibitivo por aquellos a los que sirve. Una noche se levanta y a través de la ventana de su habitación descubre que alguien le está espiando bajo una farola. Su imaginación se pone en marcha y el miedo activa su angustia que acabará arrastrando también a su mujer. El choque de lo que oculta y su comportamiento irracional convertirá la tragedia en COMEDIA.
EL INTRUSO nos enfrenta a ese miedo cósmico e irracional que padecemos los humanos y que, en estos últimos tiempos, se acentúa gracias al interés de unos pocos, pero poderosos que quieren eso, inocularnos la eterna incertidumbre de vivir con miedo provocando la presencia de un peligro real o imaginado.